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Plasticidad celular, posible causa de las recaidas del cáncer de hígado

Nov 21, 2017

Ciudad de México. Investigadoras del Cinvestav analizan por qué células diferenciadas del cáncer se convierten en troncales para regenerar al tumor después de un tratamiento inicialmente exitoso.

El cáncer de hígado puede representar en el corto plazo uno de los problemas de salud pública más importantes en México, debido a que este tipo de carcinoma es uno de los que más afecta a la población adulta, refieren expertas del Departamento de Biología Celular del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav).

En México no se cuenta con datos epidemiológicos precisos, sin embargo las estimaciones actuales colocan al tumor maligno de hígado como el cuarto tipo de cáncer con mayor letalidad en el país, pero en los próximos años puede ser uno de los primeros, debido a que varios factores que aumentan considerablemente el riesgo de padecerlo tienen una alta prevalencia en nuestro país actualmente.

Entre ellos están la obesidad y la diabetes, adicionalmente de que este cáncer se presenta principalmente en personas de la tercera edad, y de acuerdo con estimaciones, en pocas décadas ese tipo de población será predominante en el territorio nacional.

Ante ese panorama, el grupo de investigación que lidera Saúl Villa Treviño, investigador Emérito del Departamento de Biología Celular del Cinvestav, está orientado a conocer más acerca del desarrollo del cáncer de hígado y proponer alternativas para el tratamiento y la detección oportuna del padecimiento, ya que hasta ahora sólo se puede identificar en estadios tardíos cuando los tratamientos actuales son insuficientes.

Uno de los más recientes estudios de este grupo de investigación se enfoca en analizar cómo actúan los dos tipos de células tumorales, tanto las troncales como las diferenciadas, que están presentes en el hepatocarcinoma celular.

Teresita Flores Téllez y Carolina Piña Vázquez, parte del equipo de investigación del Cinvestav, explican que una de las posibles causas por las que existen recaídas en los casos de cáncer de hígado tratados “exitosamente”, puede ser la plasticidad que presentan las células que conforman al tumor.

“Se ha postulado que en el cáncer, tal y como sucede en un tejido normal, las células troncales son la subpoblación responsable del sostenimiento del crecimiento tumoral, mientras que las células diferenciadas son las que componen el resto de la masa tumoral. De modo que se proponía que eliminar a las células troncales sería una manera más eficiente de atacar al tumor, pero se he visto que cuando esas células son eliminadas, las llamadas diferenciadas se reprograman para convertirse en troncales, con lo que se puede regenerar el tumor”, explica Carolina Piña Vázquez.

Con estos estudios, las investigadoras esperan generar nuevo conocimiento que pueda ser empleado a nivel clínico para saber que tratamientos específicos y en qué momento se pueden aplicar tanto para las células tumorales diferenciadas como para las troncales del cáncer, o incluso las células en transición. Esto permitiría contar con un tratamiento eficaz para el hepatocarcinoma celular.

Actualmente, el grupo del Cinvestav analiza cómo y cuándo se originan las primeras células troncales del cáncer y comienza a estudiar el proceso de reprogramación de una célula tumoral diferenciada a una troncal. Para ello, emplean modelos animales, a los que se les produce el tumor en hígado, a fin de poder analizar la enfermedad desde los primeros hasta los últimos estadios.

A partir de ese ejercicio, el equipo científico de Saúl Villa Treviño también ha podido identificar la presencia de ciertas proteínas y miRNAs en el proceso de generación tumoral que pueden ser empleadas como posible marcador de la enfermedad, lo que significa que se podría generar una prueba clínica para la detección temprana del cáncer de hígado y tener mejores probabilidades de sobrevida.

Recientemente en el laboratorio se reportó a la proteína SNX10 como un potencial supresor tumoral, la cual probablemente es regulada negativamente por un RNA pequeño, el microRNA-30d, el cual se propuso como un marcador de diagnóstico temprano de la enfermedad, y al ser detectado en sangre se podría identificar de manera sencilla con pruebas clínicas.

Redacción MD