El panorama del emprendimiento femenino en México
Desde 1977, aunque con antecedentes que se remontan a principios del siglo XX, el 8 de marzo de cada año se conmemora el Día Internacional de la Mujer. De acuerdo con ONU Mujeres y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), el objetivo de la conmemoración es visibilizar y concientizar sobre la lucha de las mujeres por su participación social en igualdad frente a los hombres, y para impulsar su empoderamiento en distintos sectores.
La propia ONU considera que el empoderamiento femenino y la equidad de género son piezas esenciales en las dinámicas sociales actuales, y resultan fundamentales para el desarrollo económico a nivel mundial. En Latinoamérica, el emprendimiento femenino ha cobrado fuerza: de acuerdo con el Women’s Entrepreneurship Report 2021/2022, publicado por el Monitor Global de Emprendimiento, la mitad de las más de 17.2 millones de pequeñas y medianas empresas que existen en la región han sido fundadas y son dirigidas por mujeres; además, dos de cada cinco mujeres latinoamericanas reportó tener planeado empezar un emprendimiento dentro del próximo año.
Sin embargo, a nivel nacional la realidad es diferente: de acuerdo con datos de los Censos Económicos 2019 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), las mujeres emprendedoras mexicanas son propietarias de un tercio (36.6%) de las empresas micro, pequeñas y medianas (MIPyMEs), y ocupan una cuarta parte del personal (24.7%) en este tipo de establecimientos. Aunado a ello, solamente 0.5% de los emprendimientos liderados por mujeres corresponden a organizaciones pequeñas o medianas, mientras que el 99.5% restante se trata de micronegocios, de los cuales 8 de cada 10 pertenecen al sector informal.
Mujeres imparables
De acuerdo con el reporte El Emprendimiento Femenino, desarrollado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), en países en vías de desarrollo el primer motivo para emprender es la necesidad. México no es la excepción, ya que de acuerdo con dicho documento, el 43% de las mujeres en el país inicia un negocio con el objetivo de aumentar sus ingresos. Las cifras anteriores constatan que las mujeres mexicanas emprenden y están interesadas en generar más ingresos a través de una empresa propia, sin embargo, las condiciones socioeconómicas en las que las mujeres emprendedoras se desarrollan tienen amplias áreas de mejora.
La iniciativa privada, a través de diversos proyectos, ha buscado contribuir para que el emprendimiento femenino en México reciba el impulso necesario, y que los emprendimientos de mujeres en el país no sólo aumenten en cantidad, también prosperen y sean rentables. Un ejemplo exitoso ha sido el proyecto Mujeres Imparables, implementado por la Unidad de Medicamentos de Libre Venta de Sanofi México en su planta de manufactura en Ocoyoacac, Estado de México. El proyecto consiste en una Academia de Emprendimiento establecida en la planta, en la que a través de diversos módulos y grupos de enfoque, mujeres emprendedoras de la zona recibieron clases y mentorías para comenzar o impulsar sus negocios, además participaron en una feria de emprendimiento donde ofrecieron sus productos.
La iniciativa cuenta hasta el momento con 40 voluntarios (todos colaboradores de Sanofi) que se encargaron de desarrollar e impartir 6 módulos de clases especializadas a través de 17 sesiones, además de más de 90 horas de mentoría durante los cinco meses que duró el programa en el que participó la primera generación de Mujeres Imparables. “Tuvimos clases con muchos expertos de diversos temas, en las que nos enseñaron cómo administrar mejor nuestros negocios, cómo conseguir clientes, de qué manera asegurar nuestros suministros y hasta cómo ofrecer nuestros productos en Internet. La academia de Sanofi nos permitió fortalecer nuestros emprendimientos y entender mejor cómo hacer negocios”, señalaron con entusiasmo Angélica y Alicia, emprendedoras participantes de la primera generación del proyecto.
Responsabilidad Social Corporativa: Ser un buen vecino
Desde hace algunas décadas, los líderes de compañías a nivel mundial han comenzado a dirigir sus negocios con base en la gestión de los impactos que sus actividades tienen en los diversos grupos de interés a su alrededor. Esta forma de entender la administración empresarial se basa en el compromiso que adquieren las compañías con el desarrollo de las comunidades en las que se establecen; así, los planes de responsabilidad social corporativa (RSC) buscan impulsar un desarrollo bilateral mediante la coadyuvancia con otros actores para solucionar problemáticas sociales específicas.
La RSC es uno de los pilares sobre los que Sanofi se desarrolla en México, “En Sanofi tenemos un fuerte sentido de responsabilidad con nuestras comunidades, queremos ser buenos vecinos. La iniciativa Mujeres Imparables busca el desarrollo empresarial de nuestras emprendedoras, y contribuir a que lleven vidas más sanas y plenas, además de que tengan mejor acceso a productos y servicios de salud, a través de la seguridad financiera que un negocio exitoso otorga”, aseguró Nerea Alegría, Directora de Gente y Cultura de la Unidad de Medicamentos de Libre Venta en Sanofi México. “Los resultados han sido muy satisfactorios, las participantes han reportado un incremento significativo en las ventas de sus negocios. Esto nos reafirma la importancia de impulsar el emprendimiento femenino en el país, por lo que ya estamos desarrollando los contenidos para recibir a una segunda generación de emprendedoras durante este año”, finalizó Alegría.
Para lograr el verdadero desarrollo económico de nuestros países, es fundamental impulsar el emprendimiento femenino así como la participación de las mujeres en la fuerza laboral. Es responsabilidad de todos. Solo así lograremos reducir la pobreza, la desigualdad, y las brechas de género. Para ello, es necesaria la inversión en el desarrollo de las capacidades de las mujeres y generar un efecto multiplicador que impactará directamente en el bienestar de nuestras comunidades y en el desarrollo social del país.
Redacción MD