En este día de visibilización de las parteras queremos reivindicar nuestros derechos como parteras. La partería tradicional es un derecho humano reconocido en la Constitución mexicana y en leyes nacionales e internacionales1. Esto quiere decir que ninguna acción de gobierno puede ir en contra de la partería tradicional ni limitar su ejercicio.
A pesar de esto, en algunas zonas del Estado se ha restringido su ejercicio, prohibiéndonos atender partos de forma directa. Además, se utilizan varios mecanismos para desmotivar que el parto sea atendido por parteras:
Es constante la presión sobre las mujeres para generarles miedos infundados de atenderse con parteras, con información falsa sobre el cuidado y seguridad materna y neonatal de la partería.
A las mujeres se les condiciona acudir a controles prenatales en las clínicas para brindar servicios básicos a los bebés -como la prueba del tamiz y las vacunas. Asimismo, en los traslados por complicación durante el embarazo o parto de mujeres que no llevaron control prenatal en la clínica, se demora su ingreso en el hospital, poniendo en riesgo su vida y las de sus bebés.
Cuando los bebés nacen en nuestras manos, se les niega o dificulta su certificado de nacimiento, violando así el derecho humano a la identidad y a ser registrado de manera inmediata a su nacimiento, como señala el artículo 4 de la Constitución mexicana
Adicional a las trabas y obstáculos a los que se enfrentan las mujeres que deciden dar a luz con una partera, se suman las humillaciones y otros tipos de acosos al que se somete a las parteras de forma cotidiana en relación con los servicios de salud y nuestra profesión: por ejemplo, de manera infundada nos acusan de falta de conocimiento, que la partería es causante de muerte materna, se nos presiona para ir a capacitaciones donde no se toman en cuenta nuestra cultura, conocimientos y necesidades, y recibimos constantes amenazas de cárcel si alguna de las mujeres que atendemos sufre complicaciones.
1 Constitución mexicana (art.2), Convenio 169 sobre Pueblos indígenas y tribales de la OIT y La Ley General de Salud
Demandamos un alto al acoso a las parteras y exigimos que se ponga en el centro la vida de las mujeres y sus bebés, brindándoles los servicios de salud vitales a los que tienen derecho independientemente de con quién se atendieron.
A pesar de esta situación, de todos los obstáculos, gran parte de las mujeres chiapanecas prefieren y deciden atenderse con nosotras. Durante 2021, el Movimiento de Parteras de Chiapas documentó la atención de 2 mil 274 partos por parte de 237 parteras integrantes del Movimiento. De enero a marzo de 2022, se han reportado 448 partos atendidos por 96 parteras.
Según el INEGI, de los nacimientos registrados y ocurridos en 2020, un 36% de los mismos fueron atendidos por nosotras las parteras. En 18 municipios del Estado2, este porcentaje es mayor al 75%, la mayoría de ellos municipios tseltales y tsotsiles.
Las experiencias de las mujeres en las instituciones de salud en el Estado de Chiapas, sean centros de salud u hospitales, siguen llenas de historias negativas, donde existe falta de cuidado, maltrato y violencia obstétrica:
Algunas de las condiciones a las que se enfrentan las mujeres que acuden al sistema pública de salud son falta de materiales médicos, personal insuficiente y adecuado, y gastos fuera del alcance de las familias (que incluye material médico que muchas veces no se usa y traslados) que llevan a que un parto en el sistema público tenga un costo de entre 3 mil y 10 mil pesos. Adicional al alto costo y las malas condiciones, lo que encuentran las familias es un trato que no responde a sus necesidades, donde la mujer no se pone en el centro y donde a menudo encuentran un trato vejatorio y violatorio.
La violencia obstétrica es experimentada de muchas formas por las mujeres que acuden a los servicios de salud y, sin embargo, a pesar de estar penada por la Ley de Acceso a una Vida Libre de Violencia para las Mujeres en el estado de Chiapas y es un delito según el Código Penal chiapaneco, es muy difícil de sancionar por el miedo de las mujeres a denunciar, por la complicidad en el gremio sanitario y porque el acceso a la justicia en este país sigue siendo deficiente.
Las parteras del Movimiento expresamos nuestro agradecimiento a las mujeres que nos dan su confianza y les reiteramos que, así como nosotras tenemos derecho a ejercer la partería tradicional, ellas tienen derecho a atenderse con nosotras si así lo deciden. Al personal de salud les pedimos que, en vez de acosar a las parteras y a las mujeres, se pregunten porqué a pesar de sus esfuerzos muchas mujeres prefieren seguir atendiéndose con nosotras.
Lamentamos recordar a Lorena de Jesús Padilla, una joven de 20 años, originaria del municipio de Las Rosas que falleció el 13 de febrero de este año en el Hospital de las Culturas de San Cristóbal de las Casas, víctima de una cadena de negligencias médicas y violencia obstétrica tras una cesárea en la que le dejaron una gasa en su interior. Expresamos nuestras condolencias y exigimos justicia y reparación para ella y su familia.
2 Amatán, Chamula, Chalchihuitán, San Juan Cancuc, Chenalhó, Aldama, Larrainzar, Chanal, Mitontic, Santiago el Pinar, Pantelhó, Tenejapa, Zinacantán, Sitalá, Chilón, Francisco Léon, Ocotepec, San Andrés Duraznal
Reiteramos nuestro compromiso con las mujeres y sus bebés y para exigir a todos los niveles de gobierno, municipal, estatal y federal, a instituciones de salud, pero también INPI, Registro civil, comisiones de Derechos Humanos, que respeten, protejan y garanticen los derechos de las parteras tradicionales, de las mujeres y de las comunidades.
Como Movimiento EXIGIMOS:
1. Ejercer la partería de forma libre, desde nuestra cosmovisión, sin que se nos condicione ni criminalice.
2. Exigimos, que se respete el derecho de las mujeres a decidir dónde, cómo y con quién quieren parir.
3. Exigimos una nueva forma de vinculación con el Sector Salud basada en el respeto y la no- subordinación de nuestra persona, nuestros conocimientos y prácticas.
4. Exigimos, que los servicios de salud atiendan a las mujeres embarazadas de forma oportuna, respetuosa y no violenta, y que se cumpla el Convenio General de Colaboración Interinstitucional para la Atención de la Emergencia Obstétrica para que no haya ni una sola mujer que sea rechazada en hospitales.
5. Exigimos que se cumpla el derecho de toda persona recién nacida a su identidad y sea registrado de manera inmediata a su nacimiento.
6. Demandamos que las parteras tradicionales estemos presentes en los espacios donde se deciden las políticas de salud materna.
Las parteras tradicionales seguiremos luchando por nuestros derechos y por las mujeres. Nuestro corazón está al lado de
Redacción MD