Para ello existe la Farmacovigilancia, definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la ciencia y las actividades relacionadas con la detección, evaluación, comprensión y prevención de los eventos adversos, las sospechas de reacciones adversas, los eventos supuestamente atribuibles a la vacunación o inmunización, o cualquier otro problema de seguridad relacionado con el uso de los medicamentos y vacunas.
En otras palabras, la Farmacovigilancia es una actividad destinada a la detección, identificación, cuantificación, evaluación y prevención de los posibles riesgos derivados del uso de los medicamentos en humanos[1], con el objetivo de controlar la eficacia y seguridad que presentan en condiciones reales, una vez puestos a la venta.
También ayuda a:
· Mejorar la atención al paciente y su seguridad en relación con el uso de medicamentos, así como todas las intervenciones médicas y paramédicas.
· Mejorar la salud y seguridad públicas en cuanto al uso de medicamentos.
· Contribuir a la evaluación de las ventajas, eficacia y riesgos que puedan presentar los medicamentos,
· Alentar a una utilización segura y más eficaz.
Para este proceso es importante que se realice una colaboración pluridisciplinar para crear vínculos entre el Gobierno, las Secretarias de Salud y otros sectores como la industria farmacéutica, las universidades, las organizaciones no gubernamentales (ONG) o los colegios profesionales para poder intervenir en las labores de formación sobre el uso racional de los medicamentos y el control de las farmacoterapias.
Por lo anterior, Novartis sigue trabajando de forma conjunta con las autoridades a fin de mejorar los servicios de salud en nuestro país, la infraestructura de este, y la oferta de medicamentos innovadores de calidad que beneficien a todos los pacientes.
Redacción MD
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[1] Farmacovigilancia, Disponible en http://www.cofepris.gob.mx/AZ/Paginas/Farmacovigilancia/Farmacovigilancia.aspx